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Es lógico que tras muchas temporadas con la misma distribución y decoración en los espacios de nuestro hogar, nos sintamos abrumados o simplemente aburridos de ver lo mismo un día tras otro. Por eso, cuando vamos a amueblar una estancia, la recomendación general es hacerlo en tonos neutros y en un estilo clásico, de manera que después, se podrán adaptar estas bases a las tendencias del momento tantas veces como queramos.
Esto cobra todavía más sentido cuando hablamos de un salón comedor, ya que es la estancia donde invertimos mucha parte del tiempo que estamos en casa. Es el sitio donde descansamos, comemos, nos relajamos con un buen libro o con una buena serie. Y tras los cambios forzados por la pandemia para algunas personas se ha convertido en su lugar de trabajo. Por todo esto, un salón tiene que ser una estancia viva que se adapte a las necesidades de las personas que lo habitan, ya que estas van cambiando, al ritmo que cambia la vida de ellos. Por ejemplo, no existen las mismas necesidades en el salón de una vivienda familiar con niños pequeños, donde probablemente haya un espacio dedicado a sus juegos -si no se dispone de otra habitación para ello- que el salón de una pareja cuyos miembros teletrabajan desde casa. Y, con el paso de los años esos niños se harán mayores y la pareja puede que cambie de trabajo, por lo que será mucho más facil cambiar el salón para convertirlo en una estancia adaptada a la nueva situación, si hemos pensado en ello previamente.
En el momento en que nos estamos planteando cómo amueblar y decorar el salón por primera vez, resulta muy tentador sucumbir a pintar las paredes del tono que es tendencia en ese momento, o comprar los muebles principales de un color llamativo, pero si pensamos en el futuro, veremos con claridad que esas decisiones tendrán una duración muy corta en el tiempo y revertirán en una nueva inversión de tiempo y dinero para encontrar las opciones que mejor se adapten a nuestro salón. Por el contrario, si elegimos unas poco atractivas paredes blancas y un mobiliario en color neutro, podremos poner la tendencia y actualizar la apariencia clásica a través de elementos que destacarán sobre este lienzo tan neutral.
Este es un proceso que puede resultar muy divertido, ya que se trata de dar vida a la estancia y al no ser tan costoso como redecorar desde cero -pues haber escogido elementos clásicos nos permite mantenerlos durante años- podemos repetirlo cada cierto tiempo, por ejemplo, cada inicio de estación, consiguiendo que el aspecto de la estancia sea realmente diferente y adquiera un aire renovado.
Existen muchas formas de llevar a cabo esta redecoración estratégica, pero realmente hay elementos que se convierten en piezas clave y a veces, al ojo inexperto, pasan desapercibidas. Aquí te traemos unas cuantas para que puedas empezar a ponerte en marcha. Cuando termines de leer este artículo, busca inspiración en tus redes sociales favoritas y ya puedes comenzar a hacer la lista de lo que necesitas, para sorprender a quienes viven contigo.
Para ello debes crear una distribución que favorezca que los invitados se dispongan de manera que puedan conversar. Si tu espacio te lo permite reemplaza la mesa de centro por dos mesitas más pequeñas, además de seguir una tendencia de decoración de este año, estarás facilitando el movimiento de los elementos en favor de lo que resulte más práctico para cada momento. Puedes escoger de un mismo estilo, o combinar dos modelos diferentes, puedes seleccionarlas tipo nido, bandeja, de cristal -para que no ocupen mucho espacio visual- o de las que se acoplan una debajo de la otra, de manera que cuando no se usen, queden recogidas. En cuanto a los materiales, la madera aportará mayor calidad, sin embargo el metal está de plena actualidad. Para contrarrestar el aire frío que aporta este último, puedes añadir debajo de las mesas una alfombra de rizo, que además de aportar ese confort hogareño que todos buscamos, delimitará el espacio destinado al salón.
Para terminar de crear esa zona de ocio cargada de viveza, añade en la parte que queda frente al sofá un par de butacas, que cierren la zona, creando un espacio de convivencia y tertulia. Si frente al sofá está situada la televisión, la chimenea, o algún otro elemento que decidas que va a tener algo de protagonismo en la estancia, puedes colocar estos asientos ligeramente girados hacia dicho elemento frontal. Al ser butacas que se pueden mover fácilmente, podrás desplazarlas en función de la actividad que se esté realizando en la estancia.
Es la manera más sencilla y económica de actualizar un salón. Simplemente cambiando la funda de los cojines se puede obtener un aspecto muy diferente, pues este es un elemento que se encuentra en el centro de todas las miradas .Y es que un sofá se percibe de forma radicalmente opuesta si sobre él descansan cojines en tonos apagados dispuestos de cualquier manera, a si pensamos a conciencia en tonos que contrasten con el color del sofá, de manera que destaquen y compongan un conjunto armónico. Los cojines quedan bonitos cuando se colocan en gran cantidad, ya sea sobre una cama o sobre un sofá y siempre de los más grandes a los más pequeños. Además, puedes jugar con diferentes estampados, siempre y cuando haya una línea conductora, por ejemplo, el color: así, puedes crear conjuntos con cojines de rayas, estampado floral y lunares, todos ellos, en los mismos tonos.
De la misma forma, las cortinas sirven para llenar de color unas paredes en tono neutro, coordinadas con otros elementos, como alfombras o las pequeñas mantas que ponemos sobre el brazo del sofá, ayudarán a crear un conjunto que dará armonía. También puedes combinar las tulipas de las lámparas, las mantelerías, o incluso, crear nuevas fundas para los sofás y sillones, de manera que parecerán otros, por arte de magia.
Si lo que quieres es subir el nivel y que tu salón se perciba con un espacio que respira diseño, lo conseguirás de forma efectiva añadiendo una pieza especial. Cuando introducimos en una estancia un elemento con extra de diseño esta estética refuerza el resto de los elementos. Y cuando hablamos de diseño, no siempre tiene que ser un mueble de precio elevado, para conseguir este objetivo, los mercadillos pueden ser un gran aliado, ya que podemos encontrar piezas que encajen con nuestro salón, aunque requieran alguna reparación, como sustituir los tiradores o darle una capa de barniz. También valdrían muebles adquiridos en antiucarios o heredados, en este caso, pondrían a la estancia un toque muy personal y una gran carga emocional. Todos ellos harían que el salón se perciba como un espacio mucho más lujosos y exclusivo.
Si este tipo de muebles antiguos no casan a primera vista con el resto de tu salón, búscales un rincón especial que quede más resguardado, o delimita un espacio para él con una pequeña alfombra o un biombo, aplícale una buena iluminación y, ¡voilà!, ya tienes el rinconcito más especial de la estancia.
En caso de salones pequeños, quizás es más difícil introducir un mueble extra, pero se puede aplicar el mismo principio con un punto de iluminación. Ya sea una lámpara de pie, de sobremesa o suspendida, estas cumplen una doble función: en primer lugar como parte de la iluminación de la estancia y en segundo término, se convierten en parte de la decoración, por eso si escogemos una de un diseño especial, estaremos introduciendo ese plus en cuanto a interiorismo sin tener que recargar la estancia, algo que resulta perjudicial especialmente en salones con espacio limitado.
A menudo nos olvidamos de que existen y pueden jugar un papel transgresor en la decoración de la estancia. Si crees que haber elegido un color neutro para vestirlas limita su interacción en la decoración, ¡te vas a sorprender! Lo primero que te proponemos es introducir unas molduras. Esto elementos, elevan el nivel cualquier estancia y le imprimen un aire elegante y conservador. Puedes crear los cuadrantes que mejor convengan a la estancia con cuarterones de madera, también pudes añadir esquineras de escayola y adornos alredodor de la toma de luz de las lámparas. Si eres algo más atrevido, también puedes llenar de color estos elementos: el azul claro o el verde agua siempre son opciones a tener en cuenta y si lo tuyo son los colores vibrantes, apuesta por un llamativo amarillo.
Tampoco te olvides de los espejos y los cuadros. Una estancia que carece de estos dos elementos traslada la impresión de estar inacabada. Los espejos además tienen la capacidad de duplicar el espacio, por lo que añadir uno de grandes dimensiones en una estancia pequeña, será una decisión muy acertada. Y en cuanto a los cuadros, no te equivoques pensando que van ligados al estilo más clásico. Elegir un tríptico de un autor emergente y disponerlo encima del sofá es otra manera de potenciar la apariencia exclusiva de la estancia.
Periodista. Siempre buscando la manera de hacer volar la imaginación. El color, la mezcla más inesperada de estilos y las piezas con historia me ganan. Creo en la estética como forma de expresión a todos los niveles.
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